ALCOBENDAS Y EL SALVADOR REEDITARÁN LA FINAL DE COPA DE LA PANDEMIA

Foto: Charly (archivo)

Lexus Alcobendas defenderá su corona en La Cartuja. El cuadro granate hizo valer su mayor oficio y manejo en partidos de alto voltaje para batir al Ciencias Enerside tras un dramático desenlace (23-18) que permite a los del norte de Madrid sellar su cuarta presencia consecutiva en la final de la Copa del Rey, donde se verán las caras el próximo 1 de mayo con el SilverStorm El Salvador. Los chamizos, por su parte, dieron el golpe en Altamira y doblegar al AMPO Ordizia (16-23) en la que supone la primera derrota del cuadro guipuzcoano en su feudo en lo que va de temporada.

Os dejo la crónica de los compañeros de la FER

AMPO Ordizia-Silverstorm El Salvador

El primer período se jugó con una altísima intensidad, y en él abundaron los tenaces intentos de ambas delanteras por romper la Santa Bárbara enemiga. El único que lo consiguió fue Martín Du Toit, un auténtico dolor de cabeza para el AMPO en esos 40 minutos iniciales, aprovechando una gran acción de Facu Munilla colándose con astucia por entre la defensa local, y cuyo offload dejó el camino expedito al hábil centro argentino para posar completamente solo. La conversión ulterior de Sam Katz permitía al líder de la DH poner tierra de por medio antes de alcanzarse el primer cuarto de hora. 

La mayor parte del acto inicial se jugó en terreno ordiziarra, habida cuenta del empuje y la dinamicidad exhibida por un El Salvador que se adueñó muy pronto del oval y apenas lo liberó en los instantes últimos, cuando los del Goierri lograron sortear la fuerte presión vallisoletana para someter a un cerco de varios minutos al Chami, que sin embargo acertó a sostener su entramado defensivo con entereza y buenos apoyos de su línea de tres cuartos, que impidieron a los de Iñigo Marotias irse al vestuario igualados a ensayos. Hubieron de conformarse con un golpe transformado por Lander Mujika, que dejaba al XV guipuzcoano a tiro de posado y transformación de su rival (6-13).    

La intensidad bajó en el acto definitivo coincidiendo con la entrada en escena de una incesante lluvia que, de algún modo, cercenó por momentos las energías de ambos contendientes. El juego se ralentizó durante el primer cuarto de hora y ambos equipos trataron de sacar máximo provecho a sus fases estáticas. Entre medias, el duelo de pistoleros entre Sam Katz y Lander Mujika, que acabaría en tablas, sirvió para oxigenar los pulmones de ordiziarras y pucelanos de cara a una recta final en la que los packs de ambas escuadras echaron el resto. 

El carrusel de sustituciones benefició a un Ordizia decidido a dar un golpe de timón al encuentro que les permitiera meterse de nuevo en la pelea por llegar a Sevilla. Tuvo Anthony Matoto el primer ensayo local a punto de caramelo, pero el oval se le escapó hacia adelante cuando estaba a poco más de dos metros de la línea de marca. Su grueso error, sin embargo, no pasó factura al AMPO y en la melé sucesiva, los de Marotias armaron una rapidísima acción a la mano en la que el zaguero Andell Loubser rompió al fin la defensa forastera para posar bajo palos (13-16). 

El partido entraba en código rojo, pero una nueva equivocación en mitad de cancha de los locales posibilitó un pateo largo de David Barrios buscando el galope de Franco Velarde, que logró capturar la pelota a pocos metros de la línea de ensayo logrando el segundo posado vallisoletano, a la sazón un auténtico jarro de agua fría para las aspiraciones guipuzcoanas. 

La conversión ulterior de Katz amplió a 10 puntos la renta de un Chami que se rehízo tras unos minutos dubitativos y volvió a tensar la línea defensiva para detener el apriete a la desesperada de los del Goierri. De nuevo, los de casa tuvieron que conformarse con un tiro a palos de Mujika, insuficiente para enjugar la renta acumulada por los pupilos de Juan Carlos Pérez, que sólo tuvieron que aguantar la última e interminable fase ofensiva del Ordizia para quebrar el invicto de Altamira y asegurarse el billete para La Cartuja.

Lexus Alcobendas-Ciencias Enerside

No hubo sorpresa en Las Terrazas, si bien el conjunto sevillano puso las cosas muy difíciles a los anfitriones, que hubieron de ponerse las pilas en el segundo período para levantar un choque que se les había complicado después del excelente desempeño de un Ciencias ambicioso y tenaz en el acto inicial, que cerró con ventaja en el luminoso gracias a la efectividad con el pie del irlandés Fox.   

El partido arrancó vivo, con los dos equipos metiéndole mucho ritmo, tratando de ganar metros jugando a la mano. Sin embargo, fue un grosero error de manejo en la línea de tres cuartos hispalense, tratando de alcanzar el medio campo, lo que propició la primera alteración en el luminoso. El oval cayó a los pies de Sergio Molinero y el segundo centro granate pateó en largo para hacerse con el cuero justo cuando ya pisaba la línea de marca visitante. 

Ciencias no alteró un ápice su hoja de ruta y siguió apostando por el juego abierto, tratando de romper la línea defensiva local con acciones electrizantes a la mano. Cierto es que no lo consiguió en todo el primer período, pero a cambio forzó inmunerables indisciplinas en la escuadra madrileña, que dieron pábulo al recital de pateo de Cormac Fox. El apertura irlandés dejó patente por qué es uno de los mejores anotadores de la División de Honor y, uno tras otro, convirtió los cinco golpes de castigo que ejecutó en ese primer acto del choque, volteando hasta en dos ocasiones el marcador. 

El claro dominio científico en varias fases de esa entrega inicial, llegando a contar con una superioridad por la amarilla del pilier local Hartig, no fue, sin embargo, aprovechado por los de Manu Mazo para abrir brecha en el luminoso, circunstancia que no les impidió irse al descanso con una mínima renta (14-15). 

El panorama daría un vuelco significativo tras el paso por vestuarios. Alcobendas salió con nuevos bríos, tratando de recuperar la posesión y metiendo presión a Ciencias, sacándole de su campo, donde había campado a sus anchas hasta ese momento. El empuje granate obligó a los sevillanos a fortalecer su defensa y a cometer algunas indisciplinas, lo que aprovechó Tomás Granella para devolver el golpe a los de Mazo convirtiendo dos pateos casi sucesivos que daban nuevamente el mando del partido a los capitalinos. 

El choque entró en una fase de desgaste en la que Ciencias echó el resto tratando de romper el muro de contención madrileño para lograr un primer ensayo que le permitiera equilibrar las tornas. Sin embargo, la resistencia numantina del XV madrileño metió el nerviosismo en el cuerpo a los sevillanos, cuyo despliegue ofensivo ya no fluía a la velocidad y con clarividencia del primer período. Incluso vio mermado sus efectivos con una tarjeta amarilla a Clement Gasca.

El Lexus entró en ese momento delicado de partido en el que últimamente venía bajando sus prestaciones, pero en esta ocasión no le perdió la cara a su rival, haciendo gala de esa concentración y esa solidez en todas sus líneas con las que han sacado adelante tantos partidos en los últimos ejercicios. Su quirúrgica presión sobre la línea de contención visitante sacó un nuevo golpe, a cinco minutos del final, que Granella marró por segunda vez. Sin embargo, el apertura argentino se resarció al minuto con una patada desde su casa que dejaba a cinco puntos de distancia al Ciencias.

La última acción, una melé a cinco metros de la línea de marca madrileña, fue el emocionante epílogo de un duelo trepidante y jugado de poder a poder por dos equipos que acabaron exhaustos por el titánico esfuerzo realizado, y en el que Ciencias no dio con la fórmula de lograr ese posado que le hubiera permitido dar la vuelta a la tortilla.

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