Hasta los huevos de los pilieres

 

Hace tiempo que escribí el texto que os paso a continuación. No sabía cuando sacarlo pero el artículo de Ornat en su blog (impresionante por otra parte) me ha hecho ver la luz. Harto estoy de escuchar canciones en los terceros tiempos que terminan con la frase "¿Y al zaguero? Al zaguero que le den por culo". Pues bien en el texto que escribo primero vereis lo que los pilieres creen que está pasando en el rugby (en cursiva y visto en el foro de Alcobendas) y después lo que de verdad está pasando en el rugby (que he escrito yo mismo), quien mejor que un zaguero para verlo que lo ve todo desde atrás o sino… ¿Por qué creeis que el seven se juega con zagueros y alas en campos inmensos para que corran y no por gordos en campos de cinco metros de ancho? ja, ja

 

RUGBY POR POSICIONES

 

La primera línea:

 

Sin duda los hombres más varoniles en el campo. Esta panda de gordos, peludos, carnívoros, engullidores de cerveza, que pueden destrozar y de hecho destrozarán (o por lo menos lo intentarán) cualquier cosa que se ponga en su camino. Se deleitan con la violencia inerte de la melé, raramente son considerados “buena gente”; de hecho, los hay que ni los consideran gente. Los primeras líneas toleran esta actitud porque reconocen su papel en lo más alto de la cadena alimenticia, y están acostumbrados a sufrir a los tontos que tienen a su alrededor. Aunque quien les acusa de ser estúpidos, prefiero pensar que ellos están “abiertos a formas heterodoxas de pensar”.

 

Estamos de acuerdo con lo de gordos, peludos, carnívoros pero a más de uno he sorprendido con un Aquarius o Nestea en el tercer tiempo. Son totalmente súbditos de sus mujeres, como son tan feos tuvieron que casarse con la primera chica guapa a la que dieron pena, y aunque van de muy duros la mayoría de las veces si son “buena gente”. Por cierto lo de los tontos que tienen a su alrededor se deben referir a los talonadores que tienen a su alrededor a los pilieres pues no olvidemos que en la primera línea abundan especimenes que pueden comunicarse como monosílabos tipo “uh, uh, uh!!!” “ah, ah, ah!!” o “Einh???”

 

La segunda línea:

 

Justo por debajo de la primera línea en la cadena alimenticia. Al igual que con los primeros, no es recomendable dejar cerca de sus fauces ningún apéndice que se pretenda conservar cuando están comiendo. Este grupo de altos, a menudo apestosos y brutos conoce los más refinados matices de pisotear el cuerpo de un contrario caído, y contarán la anécdota una y otra y otra vez… Tienden a tomarse demasiado en serio que se les llame “sala de máquinas de la melé”, pero pueden resultar útiles si se les infunde el suficiente odio hacia el resto de la humanidad. Y aunque los miembros de esta orgullosa fraternidad gustan de pensar de sí mismos que tienen “formas poco convencionales de pensar”, normalmente lo que son es medio tontos.

 

“Apestosos y brutos” si que son, también comen y beben como animales y lo de medio tontos dejémoslo en tontos enteros que les viene mejor. Además son de cuerpo raro porque son gordos altos lo que al final les hace pesar 120 kilos y no hay dios que los levante en las tocuhes. Son delanteros un poco raros porque al final son inteligentes, tienen un alto porcentaje de licenciados universitarios, y nadie sabe porque, la verdad suelen ser feos como demonios, pero suelen andar con tías buenas, aunque eso sí en el fragor de la batalla de una noche son capaces de enrollarse con una farola mohosa.

 

La tercera línea:

 

Son una panda de chavalotes en muy buena forma física que, cual panda de hermafroditas, no tienen claro su papel en esta vida. Aunque saben que están irremediablemente unidos a la delantera, los hay que echan de menos el peinado perfecto y engominado que conlleva ser un tres cuartos. Algunos jugarán como delanteros e intentarán ganar el balón como sea; otros romperán la regla de oro del delantero, e intentarán hacer cabriolas con el balón. Generalmente no son del todo malos, pero yo me pregunto qué lleva a un delantero a llevar un peine y ropa elegante para después del partido…

 

La verdad es que de forma física andan como nadie. Todos los terceras líneas luego son bomberos, policías, profes de educación física y cosas para las que hace falta correr durante mucho tiempo. El tema de hacer cabriolas con el balón es porque son tres cuartos frustrados con demasiado peso. Además entre estos tíos suele haber hasta alguno guapo lo que unido a buen cuerpo le haría todo un ligón. Su problema es que se echan una novia, que puede estar buena o no, y se quedan toda la vida con ella. En el tema de ropa elegante discrepo, la mayoría usan camisas de pana de colores chillones y pantalones con desgastado de lejía.

 

Medio-melé:

 

Hay quien piensa en este tres cuartos como un delantero honorario. Yo pienso en el medio melé como un medio nena. Aunque tiene el dudoso honor de ser el más duro de entre los tres cuartos, lo que representa este tío es de risa: algo así como la chica gorda más sexy. Los delanteros toleran la presencia del medio melé, porque saben que abrirá el balón a las nenazas de la Línea, que lo dejarán caer y les proporcionará el placer de otra melé.

 

Tanto tiempo con la delantera hace que estos pequeños e inteligentes seres huelan mal en la mayoría de los casos. Enfermedad esta que se suele curar cuando llegan a puestos directivos, políticos o cualquiera de alta responsabilidad. Son estudiosos del juego y están pensando todo el puto día en rugby por lo que cuando nos vamos de viaje no salen nunca por la noche. En los terceros tiempos toman una coca cola, comen un pincho y se van rápidamente.

 

Apertura:

 

Su tarea es dirigir las coreografías del resto de tres cuartos (un más que cuestionable honor, cuanto menos). Básicamente, por lo que yo he visto, para lo único que valen es para patear el balón y proporcionar una caída más blandita a los terceras contrarios. Suele ser de pies ligeros. Hay quien mantiene que hay que proteger a esta maricona, pero personalmente me cuesta apoyar a alguien que golpea un balón de rugby con el pie aposta.

 

El guapo del equipo. Este es un follador nato que va plantando su semilla por todos los rincones de la ciudad. Conoce bien el rugby femenino pues se ha trincado a un par de tías de cada equipo. Es tan guapo que puede elegir las tías con las que se enrolla y no se tiene que limitar a la que diga que sí. Las reglas le dan un minuto para trasformar el ensayo no porque necesite pensárselo sino porque tiene que pavonearse y peinarse el flequillo ante la grada. Además dice las jugadas que los tres cuartos van a hacer aunque la cosa siempre termina en el zaguero que es quien auténticamente le saca las castañas del fuego y le hace el máximo asistente del campeonato.

 

Centros:

 

Los hay de dos clases: caballos de batalla y mariposonas. El primero es el que interesa tener, y anuncia su presencia con una autoridad que raramente es encontrada más allá del número 8. Las mariposonas son mucho más corrientes; intentarán evitar el contacto a toda costa. También se les da bien el ponerse a llorar y abandonar el campo para consolarse en el hombro de su inevitable novia. Ambos tipos suelen llevar una extensa colección de productos para el cabello y suelen ser de los mejores vestidos en el Tercer Tiempo.

 

Los caballos de batalla son jugadores que han engordado durante sus últimos años pero no saben hacer otra cosa que no sea de centro. Son grandes placadores pero son muy lentos y en ataque son nulos. Las mariposonas son buenas en ataque, siempre buscan el intervalo, pero en la defensa evitan el contacto aunque luego se tiren maravillosamente para hacer una francesa que nunca les sale. Una vez más el zaguero es quien les saca las castañas del fuego. Cierto es que suelen ser de los mejores vestidos en el tercer tiempo porque normalmente llegan al partido después de currar en actividades comerciales.

 

Los 3 de atrás:

 

Los hay que gustan de separarlos en 2 alas y un zaguero, pero juro por dios que no soy capaz de distinguirlos. ¿Cómo puede alguien jugar un partido de rugby y acabar totalmente limpios? Se han dado casos de alguno de estos individuos que salió del campo con la camiseta aun más limpia de lo que ya la traía. Estas nenazas gustan de decir frases del tipo: “la velocidad mata”… qué monos. Pues yo tengo otra para vosotros: ¡¡¡sois unos maricas!!! Se les suele reconocer porque en el Tercer Tiempo serán los que vistan de forma elegante, beban en copas de vino alejados de la piara engullidora de cerveza y hablen de forma refinada. Personalmente, a mí no me molestan, porque quedan la mar de monos como decorado.

 

La diferencia entre los tres es que el zaguero es el jefe. Estos tres suelen ser unos supervivientes que andan por un mundo de gente más fuerte pero sin duda con menos genio. Conocen los locales de moda de las ciudades donde sin su ayuda los delanteros nunca entrarían, y menos gratis. Gracias a eso y a visitar estos locales desde la más tierna infancia suelen tener cuerpos esbeltos y delgados. Su velocidad les viene porque el que más el que menos ha tenido algún problemilla con algún policía, que en su día sería tercera línea seguramente. Comen y beben todo lo que quieren en los terceros tiempos y cuando se apartan “de la piara engullidora de cerveza y hablen de forma refinada” es porque de tanto ir al servicio se les ha cerrado el estómago y no pueden parar de hablar.