PACO USERO: “EN RUGBY HAY DOS PALABRAS: ESPACIO Y BALÓN”

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Antes del desplazamiento para el stage de la FIRA con Portugal, Rugbysoluciones me pidió que hiciera una entrevista ‘técnica’ a Paco Usero, seleccionador español sub-16. Las líneas que estáis leyendo, y las que vais a leer a partir de ahora, no os resultarán muy cercanas a lo que debería ser una entrevista periodística. Incluso a algunos os aburra y dejéis de leer antes de tiempo. Pero si sois entrenadores de categorías inferiores estoy seguro que no sólo os hará pasar el rato sino que también os hará reflexionar sobre todo lo que trabajáis con vuestros jugadores.

¿Cómo le llega el ofrecimiento de ser seleccionador y que se le pide desarrollar en la parcela técnica?

Me llega a través de Tomy (Pablo Tomás García). Cuando este coge la dirección técnica de la FER, posteriormente organiza su grupo de trabajo y es cuando me llama para proponerme colaborar con él a nivel de esta primera selección que es la puerta de entrada a las demás selecciones. Me explica el plan de trabajo que tiene, las actividades a desarrollar y a partir de ahí decido colaborar con él porque es una persona con las que he colaborado toda la vida como jugador, como entrenador, en clubes, en selecciones…

¿Qué le pide el director técnico para esta selección?

Es una Selección que no es competitiva como pueden ser la sub-18 o sub-19 que tienen sus Campeonatos de Europa o sus Campeonatos del Mundo. No hay una competición oficial para esta Selección. Lo primero es detectar lo antes posible los jugadores que tienen potencialidades para estar en un futuro en el resto de Selecciones y hacer un trabajo de formación del jugador entendiendo no solamente la formación en un primer nivel, sino también la formación de lo que va a ser un futuro jugador internacional.

¿Cómo se lleva a cabo la primera concentración de la Selección sub 16?

Lo primero que teníamos que hacer era detectar a los jugadores y para eso lo que se quería era tener un amplio número de ellos. El sistema que El-rugby-realmente-es-concentrar-para-desplegar-o-desplegar-para-poder-penetrarse ha seguido es el mismo que en otras selecciones, entendiendo que en la sub-17 o sub-18 hay un mayor conocimiento de los jugadores. Tomy y Brice tienen un grupo de entrenadores, de expertos, del mejor nivel que tenemos en España que lo que hacen es pedirle a los clubes y a las diferentes Federaciones territoriales que envíen a los jugadores que piensan que tienen las potencialidades de estar en la selección. A partir de ahí se crea una lista que se envía a estos ojeadores para que los sigan en partidos y entrenamientos de los combinados territoriales y ellos hacen un ranking del que salen los 44 jugadores de la primera concentración a partir de un listado de 200 jugadores que ya es una buena base de datos que es importante seguir porque en estas edades puede haber muchos cambios tanto físicos, como técnicos o tácticos en apenas tres o cuatro meses y ya no digamos en un año.

¿Cuál es la dificultad de organizar una concentración de tantos jugadores tan jóvenes?

En este caso ha sido un lujo ya que además contar con los elementos normales de una selección, hemos podido contar con cinco entrenadores de alto nivel. Hemos partido de realizar sesiones con objetivos muy sencillos, muy basados en los principios de acción del juego con un sistema de trabajo que ha sido el mismo en todas esas sesiones. Partíamos de una reunión corta de media hora donde en un vídeo veíamos lo que queríamos desarrollar con los chicos. A partir de ahí íbamos al campo donde partíamos con dos equipos –Azul y Rojo- cada uno con sus entrenadores para hacerlo todo más sencillo. Posteriormente analizábamos en una reunión lo que habíamos hecho, estas reuniones se planteaban de manera muy participativa porque pensamos que el jugador se construye con la acción y la reflexión. Primero que lo vieran, después que lo hicieran y al final que reflexionaran sobre lo que habían hecho. Y todo este trabajo sobre aspectos muy básicos, tan básicos como el gran objetivo que hemos perseguido como era la circulación de la pelota, y unido, y más importante, la circulación de los jugadores. Creo que es este es el principal problema, junto a la falta de placaje, de estos niveles en nuestro rugby.

¿Qué aspectos individuales del juego habéis tratado con los jugadores?

El primer día el concepto avanzar y hacer avanzar a un compañero, como primer principio de acción: La idea era que había una cascada de decisiones y la primera es avanzar y si no eres capaz de avanzar individualmente no eres ningún peligro en el campo y por tanto no cumples ya el primer principio de acción y no haces que se desarrolle el juego. Además queríamos avanzar en los intervalos y no contra jugadores. Igualmente en el plano defensivo, ser capaz de oponerse al que avanza y placarlo y partir de ahí, hacer avanzar a un compañero. Así que si el juego con pases esta es la mejor manera de avanzar y si no puedo avanzar con pases al menos hacer disponible el balón.

A partir de esa capacidad y avanzar y hacer avanzar, lo que hemos desarrollado son los diferentes roles que los jugadores pueden asumir en el campo. Es decir, o soy portador del balón o soy oponente directo o como construyo todo el grupo alrededor de la pelota con dos referencias fáciles –conservar la pelota y conservar la dinámica de avance-. Por último que hago si la pelota viene o se aleja de mí. Esto sería lo que hicimos en la segunda sesión.

En la tercera era mucho con la idea del rugby. El rugby realmente es concentrar para desplegar o desplegar para poder penetrar. Y todo esto manteniendo lo anterior, es decir, soy capaz de avanzar en un canal, de mantener ese avance hasta que ese canal está a punto de cerrarse, puedo sacar la pelota, mantengo mientras avanzo la estructura de ocupación del espacio. Todo esto para ataque y defensa. Y así hemos intentado que no hubiera ni un solo ejercicio donde no hubiera oposición-colaboración. Todos los elementos técnicos en este concepto táctico de colaboración-oposición.

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¿Cuáles han sido los aspectos colectivos desarrollados?

En lo que es el plano de delanteros/tres cuartos hemos hecho muy poco trabajo. Entendemos que en estas edades el trabajo debe centrarse en el movimiento de la pelota y el movimiento del jugador. Pero obviamente hemos tenido que verlo primero porque es un concepto de seguridad de los jugadores, sobre todo delanteros en melé o los elevadores/saltadores en la touche, y segundo porque era una manera de ver potencialidades de algunos jugadores. Pero ya digo que a nivel colectivo la mayor parte fue movimiento de la pelota y movimiento de los jugadores.

¿Qué objetivos finales se buscan con una concentración de este tipo?

Objetivo doble. Por un lado, evidentemente, evaluar a los jugadores y tener una información real de sus capacidades. En este sentido seguimos trabajando pues los hemos visto in situ pero hemos grabado todos los entrenamientos y partidos para terminar esa evaluación y también vamos a hacer que los jugadores se autoevalúen a través de una encuesta que les hemos preparado. Creo que es uno de los problemas de nuestro rugby, los entrenadores y los jugadores vemos la mejora a través del resultado por tanto creo que tenemos que acostumbrarnos a evaluar el proceso y por eso nuestra encuesta va muy dirigida a las cosas que hemos trabajado –eres capaz de avanzar en los intervalos, eres capaz de seguir la pelota cuando se aleja, eres capaz de hacer disponible el balón…-. Así mismo los entrenadores también tienen su trabajo para definir a los jugadores, decir en qué áreas técnico-tácticas son fuertes, el aspecto psicológico, físico y con todo esto ver si tienen esas potencialidades que buscamos. Porque el objetivo de esta concentración no es tener a los mejores sub-16 sino llegar a tener a los mejores jugadores que puedan llegar a ser internacionales senior de alto nivel. Si no fuera así en estas edades siempre te puede engañar la primera impresión y lo que queremos es una selección de futuro.

Por otro lado el objetivo, y así se lo pedimos en el partido a los jugadores, era buscar un rugby de movimiento, donde la pelota estuviera viva el mayor tiempo posible y los jugadores se estuvieran siempre moviendo sabiendo en todo momento a donde van. Les hemos pedido que se pregunten tres cosas en el campo: ¿Qué soy? –Portador del balón, jugador alrededor de la pelota, jugador al interior, al exterior-, ¿Qué hago? y ¿Cómo lo hago? Eso es lo que ellos debían tener en la cabeza y, por supuesto hacerlo.  Y todo esto en la propuesta de un rugby de jóvenes, un rugby dinámico, alegre, con riesgo. De hecho en el primer partido hubo, obviamente muchos errores técnicos, pero nuestro objetivo era desarrollar la actitud de los jugadores.

¿En qué conceptos se ha basado la concentración?

Los dos conceptos que hemos manejado, además yo soy un convencido de esto, es que sólo hay dos palabras: Espacio y Balón. Topensamos-que-el-jugador-se-construye-con-la-acción-y-la-reflexióndas las referencias eran sobre esto. Los primeros conceptos de avanzar y hacer avanzar a un compañero están vinculados al espacio. Así no hemos hablado del pase, es decir tengo que hacer avanzar a un compañero cuando yo no puedo avanzar, en este caso el medio puede ser el pase pero el pase no es un concepto como tal.

Ocupar, organizarme en espacio colectivamente en ataque y defensa en función de mi situación pero ahora referente al balón. Por tanto nos quedamos con esos dos grandes conceptos, Espacio y Balón. Siempre trabajando en ataque y defensa, ellos tienen que ver que el rugby es un diálogo constante entre el ataque y la defensa. Como decía Eric Lamarque “al rugby juegan quince pero hay que pensar en 30”, ese concepto de presión con la cantidad de jugadores que se mueven alrededor de la pelota es realmente la clave del juego, esa capacidad de moverse en el entorno de los jugadores.

¿Cómo crees que puede influir en jugadores tan jóvenes tantos entrenadores de distintos ámbitos?

Creo que muy positivamente. Estos jugadores son como esponjas y se veía en los entrenamientos, en las charlas o en la participación. Pero sobre  todo lo veías en su mejora que incluso se producía de un día para otro aunque fuera pequeña, debido también al que tiempo de trabajo era muy corto. En cualquier caso la influencia es tremendamente positiva al tener entrenadores de esta calidad. Además creo que hemos seguido una línea clara de trabajo, cada uno tenía su libertad de acción pero todos teníamos claro las actividades que íbamos a hacer y mucho más importante era lo que buscábamos en esas actividades. Siempre hemos trabajado sobre comportamientos esperados y deseados. Es decir, sabíamos que queríamos desarrollar una cosa y luego teníamos un documento donde en un lado estaba lo que queríamos que surgiera y al lado lo que pensábamos que iba a ocurrir. A partir de ahí estaba el trabajo de los entrenadores, en una línea siempre unificada pero con las aportaciones individuales de cada uno.

¿Qué destrezas técnicas os sorprendieron más de los jugadores?

El nivel de habilidades técnicas está por encima de lo que esperamos. Si bien es cierto que en los partidos hubo muchos errores en ese sentido seguramente motivados por dos cosas. Primero, evidentemente, por el cansancio pues no están acostumbrados a un ritmo de actividad física tan alto. Y segundo por esa actitud que les inculcamos, queríamos que jugasen y que el balón estuviese vivo el mayor tiempo posible. Los jugadores lo entendieron, lo aceptaron e intentaron hacer cosas pero quizá les faltaba esa idea de cuando puedo pasar y cuando me tengo que quedar con la pelota. Además el ámbito de mejora de las habilidades técnicas para estos jugadores es muy, muy grande y ellos tienen la capacidad para desarrollarlo. Incluso nos llamó la atención de algunos jugadores que tenían la capacidad, sobre todo en los tres cuartos, de desmarcarse. Es decir, se movían antes de recibir la pelota, estaban en el intervalo ya sin balón y eso es difícil de ver en España.

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¿En qué deben entonces trabajar más los clubes?

Para mí en dos o tres aspectos. El primero la circulación de los jugadores, creo que estamos demasiado focalizados sobre la pelota y sobre lo que hay alrededor de la pelota que también es importante pero creo que al mismo nivel o incluso por encima debería estar la circulación de los jugadores. Todos hablamos de esa circulación, del apoyo interno, del externo pero realmente cuando bajas a ver entrenamientos y sobre todo en los partidos ves que los jugadores no tienen esas referencias. Esa idea que todos tenemos de doy la pelota y sigo la pelota, que te puede confirmar cualquier entrenador o cualquier jugador en España, no es importante solo que se diga sino también que se haga. En los partidos que yo veo de categorías de rugby base español, y más concretamente madrileño que es el que más veo, ese concepto no está desarrollado ni interiorizado por los jugadores.

El segundo aspecto es el placaje. No se placa, los jugadores españoles agarran. Para mí esto es clave a nivel técnico.

Y el tercer aspecto, que no es un aspecto técnico, es que creo que debemos cambiar un poco la estructura de las actividades de nuestra competición buscando que los chicos puedan jugar por niveles y que sus recursos estén al nivel de las exigencias. Y me atrevería a repetir que abandonemos el concepto resultado por el concepto proceso, es decir, que el resultado sea una consecuencia de lo que hacemos y no centrarnos en ganar o perder sino en que cosas tenemos que hacer para ganar o perder.

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