Foto: Antoliano
Se disputaban dejar la plaza de peligro en la tabla, la penúltima, el escalón anterior al descenso, y Rivas lo preparó mucho mejor. Un Alcalá prácticamente sin banquillo tuvo que jugar como pudo ante un equipo mucho mejor plantado. Las lesiones se iban sucediendo y había jugadores que estaban en el campo sin poder correr, sólo para ayudar a que al menos por su lado el rival diera un pase y no encontrara el pasillo. Quizá los rojillos perdieron pero sacaron adelante un partido que el árbitro estuvo a punto de suspender por seguridad de los jugadores, fueron los complutenses quienes le pidieron que no lo hiciera. Al final 34-0 para los locales y derrota de la que hay que aprender muy mucho.
Mientras Alcalá estuvo con 15 jugadores en el campo y tres en el banquillo la cosa fue más o menos bien. A Rivas le costaba entrar y en el primero tiempo las cosas iban con empate a cero durante más de media hora. Sólo pudo ser al final cuando los locales anotaron dos ensayos sin transformar que pusieron el 10-0 en el marcador, difícil pero salvable.
Llegó la segunda mitad y quizá pasó lo que tenía que pasar. Dos lesiones -Miguelito y Héctor- habían obligado a no solo hacer los cambios que el Alcalá tenía sino también a inventar posiciones. Pero no había nada de lo que quejarse, sólo coger el balón y tirar hacia delante. Rivas quería cerrar el partido y lo logró cada vez que atacaba por fuera. Los ensayos iban cayendo y los jugadores rojillos también. El equipo local anotó cuatro ensayos en la segunda parte, el visitante estaba con 14 jugadores sobre el campo, no más de 11 en condiciones para jugar. Pero allí siguieron y terminaron el partido. 34-0 y mucho que aprender de una derrota que no debe volver a repetirse, al menos de esta forma.
Rugby Alcalá 