Foto: Charly
España ilusiona. Ganará o perderá pero ilusiona. La fórmula de tener un buen equipo en casa y otro no tanto fuera le está funcionando a Santi Santos porque total cuando España no juega como local somos cuatro locos quienes vemos el partido, la mayoría de las veces en diferido. Solo una cosa ha cambiado en el último choque como visitantes y es que llevabamos un equipazo y perdimos por cinco ensayos a uno si bien todo ocurrió a partir del minuto 60 y con un jugador menos. Ese es el camino, llevar un buen equipo y empezar a competir hasta el 70 y luego hasta el 80 y darnos cuenta de una vez que si queremos estar arriba hay que ganar a Rumanía y Georgia en su casa, y no hablo de competir lo hago de ganar.
Así que nada mejor que empezar por vencer este sábado en Madrid a la temible y mundialista selección caucásica. Hacerles ver que a nuestro país nadie viene a pasearse y que quien quiera sacar algo positivo tendrá que sudar sangre para salir vivo. Que estarán en la RWC, que tienen mucho Top-14, que son muy grandes o lo que quieran pero hay que ganarles. Si queremos optar a jugar en Japón 2019 tenemos que hacerlo como campeones de la ENC. No nos engañemos, España hace siglos que no juega repescas mundialistas y no tiene experiencia en ese tipo de partidos pero si sabe ganar a Georgia, Rumanía, Rusia y Portugal en casa. Hay que aprender a ganarles fuera y evitar repescas que viertan nuestras lágrimas sobre el cesped de Montevideo.
En la misma convocatoria para los Lelos hay 16 jugadores nacidos en el año 86 o posteriores, es decir que para el clasificatorio de Japón 2019 (en los años 2017-18) empezarán la ENC con 30 años máximo -solo Recuerda y Anaya, el resto son más jóvenes-. Así que comenzar a construir desde ya ese equipo supone ganar todos los partidos de casa, o al menos ante equipos como Rumanía y Georgia competirles hasta el final, hasta el minuto 80.
Es el mejor momento por tanto para subirse al carro del XV del León, para reventar El Central, para acompañar y animar a los nuestros en partidos que a partir de ya tienen que ser a vida o muerte porque nos quedan veinte enfrentamientos en tres años para estar en el Mundial nipón, para que España recupere su sitio en el nivel internacional y partir de entonces crecer y soñar. Un país que es top en deportes de equipo -no digo en deportes porque nuestros resultados en Juegos Olímpicos no son para tirar cohetes- no se puede permitir que el rugby se quede atrás y esté por debajo de disciplinas como el fútbol, baloncesto, balonmano, voleibol, waterpolo, hockey hierba, hockey patines y casi todas las que se les ocurran.
Incluso con nuestros paupérrimos resultados internacionales en Rugby XV nuestro deporte ha crecido como nunca en categoría inferiores. En mayor o menor medida las Federaciones Territoriales gozan de muy buena salud y los clubes, por pequeños que sean, no dejan de recibir nuevos jugadores en sus equipos. Por fin es más fácil que aparezca una nueva categoría en un club que lo contrario. Así que los cimientos están fuertes, pero además, y prácticamente sin tiempo de preparación, nuestras categorías inferiores internacionales están tocando la cima de sus niveles. Por tanto las paredes están a punto para pintar y poner ventanas así que vayamos pensando muy seriamente en construir el tejado de la casa porque lo de abajo va, y va muy bien, aunque haya que seguir rematando.
Rugby Alcalá 