EL RUGBY ESPAÑOL NO GANA NI CUANDO GANA

Foto: FER

Que frustrante es pensar siempre en lo mismo. En si hubiera venido este, el otro o el de más allá. El caso es que nunca, y ya van unos años, podemos contar con un XV tipo. Siempre nos faltan jugadores y no es por lesión. Aquellas palabras del seleccionador georgiano en el Central siguen resonando en nuestro poco valorado rugby “Nunca, pero nunca hemos tenido problemas para que los jugadores vengan a la selección. Nosotros los llamamos y ellos vienen, estén en Francia o estén donde estén”. Santos, con la ayuda de Aguirre, está haciendo lo humanamente imposible pero esta claro que fuera de la ENC España es otra España. Podemos ganar a Rusia, Georgia o Rumanía en el Central pero sabemos que en el siguiente o en el próximo torneo nos lo van a hacer pagar con creces porque España nunca es la misma.

En rugby, como en cualquier deporte, se puede ganar o perder pero es obligatoriamente necesario competir. Lo vivido el viernes en Bucarest no debería tratar la realidad de un enfrentamiento entre el segundo (Rumanía) y el tercer (España) equipo europeo -Fuera del VI Naciones-. Una clasificación donde además el Roble solo aventajó por un punto a Los Leones. Tanto cambia el XV del León de un partido a otro que solo tres jugadores del equipo titular del viernes jugarón también de inicio en Cluj el pasado mes de febrero, repito tres jugadores. Mismo número que los que había en el banquillo y también estuvieron el viernes. Es decir solo seis hombres repitieron y dejo de contar a cuatro que fueron con el seven aunque si los cuento me salen diez que no es ni la mitad de la plantilla y que si me voy a los titulares de Cluj solo subo hasta cinco.

Vamos que de la algarabía de un Central invadido por el público más joven, con nuestros jugadores celebrando una victoria contra cualquiera de los equipos del este en una ENC, pasamos al «a ver con que nos presentamos en Cluj/Tblisi/Sochi» como si fueramos un equipo de fútbol modesto que juega la final de la Europa League y sabe que al año siguiente le van a quitar a sus mejores jugadores. Es decir que ni cuando ganamos somos capaces de aprovechar esas victorias para decirle a nuestros jugadores, o a sus clubes, que somos España y que aspiramos a todo. O al menos que nos ayuden, o más bien que nos quiten la pierna de encima, a subir al escalón del Tier2.

Tras leer la palabra Tier2 algunos tendrán ahora una sonrisita en la cara y estarán pensando que soy un iluso o un gilipollas. Pues les digo una cosa, mi país tiene que ser del Tier2 si quiere ir a un Mundial. Se merece ser del Tier2 porque cuando tenemos a nuestros mejores hombres y nuestra afición responde Madrid es inexpugnable y todas las selecciones de la ENC han incado la rodilla en el Central en los últimos años. Quizá voy demasiado deprisa y resulta que el camino para contar con nuestros mejores jugadores es cuestión de paciencia, al fin y al cabo será en los años 2017/18 cuando nos jugaremos la plaza mundialista y estoy seguro que Santos tiene un plan para entonces. Pero es que estoy un poco harto de oportunidades perdidas, puede que piensen que por ejemplo esta Nations Cup es solo un torneo de verano pero de habernos impuesto a Rumanía y a Namibia nos hubieramos alzado con el puesto 18 del ranking. Cuando Gerard Glynn llegó al sillón de seleccionador estabamos en el puesto 32 para que luego digan que el rugby español está estancado hace diez años.

Lo dicho, a esperar una mejoría en lo que a resultados se refiere ante Namibia y los potentes Jaguares argentinos porque si hay algo que no se le puede negar a nuestros jugadores, esté quien esté vistiendo nuestra camiseta, es que se parten el alma en cada partido y nunca dejan un gramo de esfuerzo dentro del vestuario algo que sería suficiente para competir con cualquiera sino fuera porque además de jugar al rugby tienen que estudiar, servir copas o hacer rutas de reparto pero ese es otro debate.

Aquí os dejo la crónica de nuestros compañeros de la FER de la derrota en Bucarest

La Selección Española Masculina de Rugby XV ha debutado con derrota, 35-9, frente a Rumania en la Nations Cup, en el Estadio Nacional Arco del Triunfo en Bucarest. La Selección de Lyn Howels impuso su mayor orden y solidez basando su juego en su delantera y en su efectividad en el juego al pie. Por su parte España se vio superada por la verticalidad del juego rumano y perdonó las pocas ocasiones que tuvo.

El partido comenzaba con mucha intensidad por ambos conjuntos donde el XV del Roble encadenaba buenas jugadas en campo español y sólo algunos errores propios hacían que los Leones lograsen quitarse la presión e ir a campo rival. Como suele pasar en los partidos internacionales primero se midieron los pateadores, duelo que acabaron ganando los rumanos, y pasados los primeros 20 minutos el marcador reflejaba un igualado 6-3. Con la ocasión de empatar el partido fallada por Linklater, después de que el árbitro expulsase temporalmente a Apostol por interrumpir un saque rápido de Maiquez, el árbitro decretaba el primer descanso para hidratarse del encuentro.

Tras la pausa Rumania durmió el juego hasta verse en igualdad numérica, hasta ese momento España había gozado de sus mejores ocasiones pero fue sólo un espejismo puesto que en cuanto volvieron a ser XV los rumanos sacaron de nuevo el rodillo y primero lograrían un golpe de castigo y antes del descanso Fiorel Lacaci lograba el primer ensayo del partido que transformaba Vlaicu, para dejar el marcador 16-3 después de los primeros 40 minutos.

Con la reanudación España siguió teniendo muchos problemas en melé, cosa que ya habían explotado en la primera parte los rumanos donde transformaron dos golpes gracias a su superioridad en delantera. Pese a ello el XV del León golpeaba primero al cambiar de pateador, Sergi Aubanell que se mostraba más seguro que Linklater y lograba un puntapié de castigo que reforzaba la moral española. Poco duraría la alegría, primero Vlaicu sumaría un golpe más, y dos minutos más tarde Anibal Bonan era expulsado. En los siguientes 15 minutos los locales cerrarían el partido con un golpe más y el segundo ensayo de Lacaci, con lo que se llegaría al 65 de partido con 32-9 a favor de Rumania.

Los últimos 15 minutos se convirtieron en un carrusel de cambios, ambos entrenadores apostaron por dar minutos a los suplentes y por ello el ritmo de juego descendió, pese a ello la superioridad en melé rumana hizo que los últimos 10 minutos España jugase con un hombre menos por la expulsión de Francisco Blanco. Y en el 78, Fercu, el hombre más incisivo de Rumania junto con Lacaci, dejaría el marcador en el definitivo 35-9 con la conversión de un golpe de castigo centrado.